viernes, 19 de abril de 2019

Maldito Síndrome de Estocolmo




Título: Maldito Síndrome de Estocolmo
Título Original: Maldito Síndrome de Estocolmo
Saga: Estocolmo #1
Autor/a: Carmen Sereno
Editorial: Principal de Libros
Género: Romántica Contemporánea
Goodreads
¿Quién eres realmente, Eric Grau, y qué ocultas bajo esa piel tan fría?
Ana empieza a trabajar en Laboratorios Grau, una multinacional farmacéutica. Su jefe, Eric Grau, un hombre alto y atractivo al que todo el mundo llama Iceman, tiene fama de ser arrogante y despiadado, además de un auténtico depredador sexual. Al principio, la relación entre ambos es muy tensa, pero, poco a poco, la joven descubrirá que su implacable jefe no es el hombre de hielo que todos creen.
¿Podrá Ana resistirse al síndrome de Estocolmo que Eric despierta en ella?

Este libro puede ser inadecuado para menores de 18 años debido a su contenido sexual, violencia y/o adicciones. Si decides leerlo es bajo tu responsabilidad.

Tengo que admitir que me decidí a leer este libro no por su portada, no por su sinopsis sino por el título. En cuanto lo leí un montón de teorías comenzaron a formarse en mi cabeza de lo que podía tratar esta historia. Pero cuando leí la sinopsis admito que me llevé un poco de chasco porque lo vi demasiado cliché, he leído tantas historias así que ha llegado un punto en el que no encuentro nada que me sorprende. Pero bueno, si ganó el Premio Chic merecía que le diera una oportunidad, quizás éste sí que podía tener esa historia que buscaba.

Ana comienza a trabajar como externa en Laboratorios Grau, una famosa multinacional farmacéutica. Pero no todo es genial en su nuevo trabajo, los internos consideran a los externos unos apestados, es más los tienen recluidos en un sótano sin buena ventilación y no quieren relacionarse con ellos, sus compañeros no dejan de hacerle su trabajo más difícil no cumpliendo con los estándares... y no ayuda que su jefe sea un hombre increíblemente caliente, tanto que quita el aliento, pero a la vez es un hombre autoritario, trabajador, recto, gruñón...
Pero parece que las chispas saltan cuando están juntos.
Y entonces se precipita sobre mí de forma inesperada, encerrando entre las manos mis mejillas encendidas como un volcán en erupción, y su boca choca con mi boca, que se abre solícita y se rinde a la supremacía húmeda de su lengua hambrienta y feroz. Yo no lo sabía, pero un beso puede hacer que el tiempo se detenga. Un beso puede silenciar los pensamientos más oscuros y las palabras más hirientes. Un beso es la cura contra el dolor, porque un beso es el perdón por todos los pecados de la estupidez humana.
Me besa como si se nos acabara el tiempo, con la urgencia y la desesperación de algo que se ha postergado demasiado. Y yo, de puntillas para alcanzar su boca, lo agarro del cuello y tiro de su cabeza hacia mía como si temiera que fueran a quitármelo. Creía que esos besos que más que besos parecen una pugna por asfixiar al otro solo existían en las películas. Que nadie besaba así, que nadie me besaría así.

He tenido dos grandísimos problemas a la hora de enfrentarme a esta historia.
La primera es que me ha recordado muchísimo a otras historias de este estilo, era volver a leer la misma historia pero con otros protagonistas y otro tipo de trabajo, ¿por lo demás? Igual. No he sentido que tuviese ese factor sorpresa que esperaba encontrarme.
Y el segundo es que NO SOPORTO A LOS PROTAGONISTAS. No sé cuántas veces he gritado de frustración por algo que hacen o dicen.
Sobre todo tuve problemas con Ana. Se nos plantea como una protagonista muy auténtica, con carácter, no es nada como una chica modosa que sigue los estereotipos. En mi opinión el problema llega cuando se intenta presentar a una protagonista así y termina siendo en realidad alguien borde, que no deja de actuar sin ningún tipo de sentido lógico.
En muchas ocasiones apoyé a que Ana diera su opinión frente a Eric, pero una cosa es dar tu opinión y otra es desafiarle o contestarle, no, es tu jefe por el amor de dios, y no tiene fama por ser indulgente. Hay que hacerlo con respeto, ¿pero Ana? A veces parecía que ella era la reina del lugar y que todos se equivocan. Da igual que solo lleva trabajando allí tres meses, tiene todas las respuestas e ideas que a nadie en todo este tiempo se le había ocurrido. He intentado comprenderla durante toda la historia pero me ha sido imposible, sobre todo cuando se relaciona con varios personajes, literalmente salta por cualquier cosa y cuando digo cualquier cosa, es literalmente eso. Recuerdo que en una ocasión Eric le preguntó si estaba bien porque le ve unas manchas en la piel y ella le grita que no es su médico para que le pregunte. Es un comportamiento exagerado, cualquier persona te pregunta por si necesitas ayuda. Y en muchas ocasiones me da la sensación de que tenía problemas de bipolaridad.
Y luego tenemos a Eric, que no me cayó tan mal como Ana, no porque no hiciera cosas que no me gustaran, sino porque pude entender mejor el papel que interpreta. Va de "soy un tipo duro, solo me importa mi trabajo y vivo por el trabajo". Y cuando se enamora de Ana hay que añadir un "te quiero, eres mía, solo mía, y no permito que nadie te hable, coquetee contigo, esté a tu lado, te hable, pero eh, tampoco podemos estar juntos". Si me conocéis un poco no vais a tener que pensar demasiado para saber que no lo podía soportar. Me ponía histérica, en más de una ocasión quise golpearlo con un tablón de madera, es tóxico, un poco machista, neandertal, posesivo, obsesivo.
La relación de ambos me ha parecido HORRIBLE. No me ha gustado. Me ha parecido un poco de insta-love. No podían pasar juntos ni 5 minutos sin tirarse los trastos a la cabeza. Ni pueden estar juntos ni separados. Ella intenta ir de fuerte que no necesita a Eric en su vida pero cuando pasa 5 minutos sin verlo ya comienza a tener ansiedad, era como una droga y estaba en abstinencia, además comenzaban las inseguridades ¿y si está con alguien? ¿y sí...? Y luego él le da falsas esperanzas de poder tener algo y cuando ella se lo cree le da la puñalada por la espalda diciendo que solo son jefe y empleada.
Su relación solo mejora y comenzó a parecerme tolerable desde el momento en el que tienen sexo por primera vez. Y en verdad me dio un poco igual esa escena a excepción de que al fin se hablaban sin gritarse, sin atacarse, sin saltar ante cualquier comentario que se hacen. ¡Al fin!

Estaba decidida a darle 2 estrellas y aunque haya escenas que sean divertidas estaban dentro de un momento que no me parecía agradable y no terminaba disfrutándolas. Tampoco el trasforndo me ha parecido tan increíble y la relación entre ellos ha sido bastante superficial. Y algunos momentos en los que se ponen técnicos con lo de la farmacéutica me los salté porque no me enteraba de mucha de las cosas que decían y no creo que eran necesarias para poder seguir la historia.
Pero al final le he dado 2.5 estrellas porque en los últimos capítulos ocurre algo que me pareció muy interesada, un pequeño misterio del cual no tengo ni siquiera una ligera idea de quién es el responsable de ello, y lo más seguro es que si leo la continuación será por resolver ese misterio. Pero no será por los protagonistas, porque para mí en esos últimos capítulos han tocado fondo y me parece muy complicado que me reconcilie con ellos.

Maldito síndrome de Estocolmo lamentablemente no ha sido la historia que esperaba encontrarme. Sabía que partía de un cliché pero pensé que podía aportar algo nuevo, algo que hiciera engancharse al lector. Solo me ha conseguido enfadar por la actitud de los protagonistas y cada vez me caían peor y dudo que pueda cambiar mi actitud hacia ellos. No me ha convencido para nada.



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