lunes, 16 de diciembre de 2019

NaNoWriMo 2019: ¡Reto superado!


Como muchos ya sabéis durante el mes de noviembre estuve participando en el reto NaNoWriMo. No ha sido mi primera vez, con éste ha sido el cuarto año que decido participar, y da igual cuantos años lleve haciéndolo, parece que nunca sé donde me meto hasta que empieza porque no aprendo la lección.
Voy a ser sincera, no ha sido un buen mes, ha sido horrible. Con más partes malas que buenas, y pensaba que me iba a dar algo, pero contra todo pronóstico –ni yo misma pensaba que lo iba a conseguir- lo he conseguido terminar.


Planificando la historia
Mi historia no ha nacido de la nada durante el mes de octubre sino que llevo bastante tiempo dándole vueltas. Es más, fue la misma historia con la que participé en mi primer NaNoWriMo. Así que mi idea era cogerla y terminar de escribir todo lo que me quedaba hasta llegar al final. ¿Algo sencillo verdad? Tenía pensado trama, personajes, lugares, situaciones… El problema es que nunca llegue a terminar la historia porque me faltaban escenas de enganche, así que me iba a tocar estrujarme mucho el cerebro.
Tan contenta y confiada empecé octubre leyendo lo que había escrito para ponerme en situación. Estuve recabando información, me puse a escribir una escaleta para ver que tenía y que faltaba… Todo iba perfecto, hasta que… leyendo me di cuenta de que había escrito un error terrible, un error del que luego giraba gran parte de la trama de uno de los personajes principales. Para que me entendáis era algo así como que un personaje era nadador e iba todos los días a practicar, pero vivía en mitad del desierto. Así que tuve que tomar la decisión de rehacer TODA la historia al completo. También porque me di cuenta de que muchas cosas no se terminaban de hilar bien.
Así que la cosa empezaba bien.



Comenzamos el reto (los primeros 15 días)
Empecé bastante animada y cada vez que me ponía a escribir podía hacer una sesión en la que salían casi 2000 palabras. Así que estaba contenta. Pero aun así me fui alejando de lo que debería de llevar para estar al día.
Estoy trabajando y sé que muchas personas que participan también lo están haciendo, pero a mi me chupaba la vida. Me levantaba a las 6.30 de la mañana y había días que terminaba llegando casi a las 9 de la noche, y mi mente ya estaba “out”, lo único que quería era llegar y descansar y alejarme del ordenador por unas horas. Así que no escribía nada de nada. En total no fueron más que 5 días los que no escribí, pero haciendo esas maratones no conseguía llegar. Para el día 15 ya iba 7k palabras por debajo de lo que debería.
Es más, viendo mi agotamiento para los últimos días de esta quincena me planteé muy seriamente si abandonarlo. No estaba desanimada con la historia, es más, estaba muy emocionada. El problema era que me obligaba a escribir cuando mi cuerpo ya no tenía más energía y le estaba quitando la parte divertida.


Recta final del reto
Al final no abandoné, ¿el motivo? No lo sé, seguía pensando en abandonar pero a la vez seguía escribiendo. Pero tuve una especie de “plan” para poder sobrellevarlo mejor. Es verdad que en semana se me estaba complicando mucho la cosa, así que quizás tenía que tirar de los fines de semana. Si tenía algún plan para pasarlo con amigos lo cancelaba, si tenía algo que hacer lo abandonaba, el fin de semana me la pasaba escribiendo. Y así es como en semana aunque no tenía mucho tiempo me ponía a escribir un poco y no llegaba ni a las mil palabras y luego los fines de semana me pegaba atracones de 10k palabras. Puede estar bien pensando pero tampoco es lo ideal, aunque me gustara la historia dedicar mi único tiempo libre a escribir era agotador, y en realidad mi cerebro no estaba descansando ningún momento.
Y al final llegó el temido último fin de semana. El viernes terminó y yo debía la friolera cifra de 8.520 palabras. Sinceramente me parecía imposible que pudiese escribir todo eso en el sábado antes de que dieran las 12, pero aun así no me rendí, no quería decir que otro año había fracasado a solo 8.5k palabras.
Sí, después de toda la semana levantándome a las 6.30, el sábado me levanté a las 8 y sin café –no me gusta nada el café-, me puse a escribir. Me pasé todo el día escribiendo, enserio, esto es real, creo que solo paré una hora y fue para comer. Prácticamente ni salí de la cama. Y 12 horas después, a las 8 de la tarde finalmente llegué a las 50.000 palabras. En verdad escribí un poco más porque quería terminar el párrafo)



¿Voy a terminar finalmente la historia?
No lo sé, lo dudo mucho. Me encanta la historia, la he disfrutado pero no siento que sea capaz de terminarla. Me he apuntado a un curso de escritura creativa y quizás después de éste sí que pueda tener las cosas más claras y aprendo a enfocarlo de otra manera, de poder conectar bien las cosas…


Mi experiencia
No siempre consigo terminar el reto, es más, es mi cuarto año y ésta ha sido la segunda vez que lo consigo, pero siempre me sorprende que cuando me pongo a escribir siempre aparecen cosas que no tenía pensadas, tramas secundarias, un personaje que en realidad tiene un pasado turbio… Pero este año me he agobiado tanto porque veía que no llegaba, veía demasiado el contador de palabras que inconscientemente me he ceñido muchísimo a la escaleta, no ha salido nada que no hubiese pensado con anterioridad. La historia está dividida en 6 partes, y todo el reto lo escribí con Scrivener que me lo ponía muy fácil para poder ir saltando de una parte a otra, así que cuando me atascaba en una de las partes para no perder el tiempo me iba a otra y seguía por ahí. Creo que solamente he sido capaz de terminar una y he empezado las 6 y excepto una que es por donde me quedé cuando llegué a las 50k palabras el resto las tengo en punto muerto porque no sé como continuar.
Me he centrado al reto al 100%, tanto que he leído varios libros, sobre todo por la noche para descansar y justo antes de irme a trabajar, pero no he escrito absolutamente ninguna reseña. Esto es real, no tengo nada programado para diciembre, absolutamente nada. Tenía planes para mis lecturas del 2020 que todavía no he empezado a planificar, tengo decenas de correos que contestar, lecturas que tengo que hacer porque me he comprometido… Así que he terminado noviembre con un montón de deberes.
Otra cosa que me ha quedado claro un año más es que soy horrible como escritora. Tendré buenas ideas pero solo con eso no se construye una historia, así que me he inscrito en un curso de escritura para ver si mejoro un poco y finalmente puedo construir una historia.


¿Me apuntaré el año que viene?
Sinceramente no lo sé. Todos los años en diciembre en el fondo digo que no lo haré, que quizás el siguiente, que ahora no es el momento. Pero después llega septiembre, me vengo arriba, me emociono, me apunto, pienso que todo es genial, que me voy a divertir, que seguro que lo consigo.
Así que realmente no lo sé, preguntadme en septiembre.


Y eso es todo, como veis no ha sido increíble, y de verdad que ha sido una maratón de mes porque yo tengo el cuerpo machacado, y lo peor es que pienso en todas las cosas que no he podido hacer durante ese mes y me da un poco de pena.
Muchas gracias a todos los que habéis estado dándome ánimos, que me habéis dicho que no me rindiera, que siguiera escribiendo. Muchas gracias a todos.

1 comentario:

  1. Tengo ganas de leer algo de lo que sacas de estos meses de noviembre de maraton escritor.

    Saludos

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