Acariciando la oscuridad
Título: Acariciando la oscuridad
Título Original: The Darkest Touch
Saga: Los Señores del Inframundo #11
Autor/a: Gena Showalter
Género: Romántica Adulta Paranormal
Idiomas:
Un fiero guerrero inmortal. Huésped del demonio de
la Enfermedad.
Un roce de Torin causaba enfermedad y muerte, y
podía desencadenar una plaga en todo el mundo. El placer carnal estaba
completamente prohibido para él y, aunque siempre había resistido la tentación
con una voluntad de hierro, su capacidad de control estaba a punto de
desaparecer.
Ella era Keeleycael. La Reina Roja.
Cuando aquella belleza consiguió escapar de un
encarcelamiento que había durado siglos, el deseo que surgió entre el guerrero
y ella fue abrasador. Las caricias de Torin podían provocar el final de
Keeleycael, pero resistirse a ella era la batalla más difícil que él hubiera
librado jamás, y temía que fuera la única que tal vez no consiguiera ganar.
Este libro puede ser inadecuado
para menores de 18 años debido a su contenido sexual, violencia y/o adicciones.
Si decides leerlo es bajo tu responsabilidad.
CONTIENE
SPOILERS DE ANTERIORES LIBROS
La
verdad es que Gena me tenía un poco engañada con este libro. Pero no os
preocupéis que no ha sido algo malo. Sino que yo pensaba que iba por otro lado.
En
el anterior libro nos introdujo un poco más a Torin, y eso nos hacía pensar que
el próximo libro iba a ser el suyo. Además, había “encontrado” a una chica que
le gustaba, que al parecer podían estar juntos. Y yo realmente pensé que ella
sería la pareja de Torin. Pero la autora desde el mismo capítulo 1 ya me dijo que no
podía estar más equivocada.
Torin
intentando ayudar a Mary después de haberla hecho enfermar por su toque, la
sigue hasta los calabozos en los que está presa por Cronos. Allí, lamentablemente
muere entre sus brazos. En ese momento aparece La Reina Roja,
Keeley, que se
propone matar a Torin como venganza de haber matado a su amiga. Y que
Torin tiemble porque eso es lo que hace mucha gente cuando se escucha el nombre
de La Reina Roja.
Después
de intentar vengar la muerte de su amiga, Keeley se da cuenta de que Torin no
es el responsable de lo ocurrido, y decide unirse a él para ver si entre los
dos consiguen volver al mundo de los humanos, es decir, el nuestro.
Es
un camino tan largo el que tienen que hacer que al final gracias al tiempo se
dan cuenta de que tienen sentimientos el uno por el otro, y es entonces cuando
se dan cuenta de que ahora sí que están en un problema, porque no pueden estar
juntos por el demonio de Torin, ni pueden estar separados porque tienen fuertes
sentimientos.
—¡Keeley! Estás aquí. —Tiró de ella a sus brazos, sosteniéndola con
cada onza de su considerable fuerza. —Estás
aquí. —Entonces él la empujó hacia atrás para poder mirarla a los ojos. —No me dejes. Por favor, no me dejes. Pero
si lo haces, lo entenderé. También te acecharé hasta los fines de la tierra. En
el cielo o en el infierno. No habrá ningún lugar donde puedas ir que no te
encuentre. Eres mía, te dejé escapar una vez, y no voy a hacerlo de nuevo.
Nunca. Así que, trata de mantenerte lejos de mí, te desafío, y haré una guerra
contigo.
—Wow, guerrero, —dijo con una risa. La risa pareció ponerlo
nervioso. Él la miró con cautela. —Yo no
voy a ninguna parte —dijo. —Me
sentía miserable sin ti. Odié cada minuto que pasamos separados. No quiero
pasar el resto de la eternidad deseando estar contigo solo para probar un punto
y lastimarte por hacerme daño.
Torin, es el
Guardián de Enfermedad. Y todo él es
un misterio, y todo porque siempre se encuentra alejado de las personas (y otros seres sobrenaturales), todo por no
hacerles daño, ya que no puede tocar a
nadie, porque en el momento en el que lo haga se pondrá enfermo, y no solo eso,
sino que esa persona podrá contagiar. Alguna que otra vez en el pasado por un
descuido ha
provocado una epidemia que ha
acabado con miles de personas muertas.
Es
un gran guerrero,
uno de los más temibles cuando luchaba junto a sus compañeros antes de que los
maldijeran. Pero debido a su situación ahora no puede combatir en el campo de
batalla como hacía antes, ahora se tiene que ocultar detrás de un ordenador. Ha
aprendido a vivir con su demonio después de tantos años pero eso no quiere
decir que no sufra por su condición. Sueña por tocar a alguien, que le
devuelvan el toque, el contacto de nuevo piel con piel, hace tanto tiempo que
no lo tiene que es la cosa que más anhela del mundo.
Keeleycael (menos mal
que le ponen un apodo porque se me lía la lengua cada vez que digo su nombre). La Reina Roja. Todo el
mundo la teme porque es uno de los seres más poderosos del universo.
Se
encontraba en el calabozo porque su prometido la vendió a Cronos por un barril
de licor,
al enterrarse de esa transacción quedó destrozada pensando que la única persona
que parecía quererla en el mundo pensaba que valía menos que un barril de
alcohol. Así que después de esa traición ella piensa que ha aprendido la
lección y promete no volver a confiar en nadie más. Ella está sola, y se tiene
que valer por ella misma porque nadie más lo hará. Pero aunque es un personaje
con tanta oscuridad en su interior me ha gustado mucho el sentido del humor que
tiene, y me encantan esas ocasiones en las que se relaja y es divertida y
alocada.
El
libro está lleno
de escenas de acción, misterio, romance… y tenemos el plus de que
recorreremos mundos
de los que nunca hemos escuchado hablar, y descubriremos nuevos
seres de los que tampoco hemos escuchado antes, lo que parece increíble todo lo
que todavía desconocemos.
Hay
un gran nudo en la relación de estos dos personajes y es que Keeley se termina
enamorando profundamente de Torin, y necesita ser tocada por él, le da igual las consecuencias,
no le importa terminar tan enferma que termine muriendo. Lo necesita. Pero
aunque Torin también tiene fuertes sentimientos por ella no cederá tan
fácilmente, porque sufre viéndola tan mal, sin saber si sobrevivirá, y todo por
su culpa. Así que intenta resistirse lo
máximo que puede, pero Keeley tiene varios trucos bajo la manga que no se lo
pondrá nada fácil.
Hay
una escena en particular que cuando yo la leí aluciné, jamás pensé que iba a
leer algo parecido. Y esa escena que me impactó es que en cierto momento no
pueden más y sucumben al deseo y terminan teniendo sexo, hasta ahí todo normal,
¿verdad? Pero y si os digo que lo tienen mientras están vestidos, y sin que
Torin tenga piel que pueda ser tocada para que Keeley enferme. Sin duda es una
escena que merece ser leída porque no tiene desperdicio alguno.
La
verdad es que la
solución que la autora otorga a los protagonistas para que puedan tener una
relación medio normal no me sorprendió, y eso fue porque varios capítulos
antes de que se desvelaba ya sospechaba algo, y es que la autora lo puso muy
obvio, pero no lo suficiente para que nuestros protagonistas se dieran cuenta.
Enserio, alguien tuvo que venir a decírselo.
Me
ha gustado mucho la historia, me ha tenido enganchada a sus páginas desde la
primera hasta la última, incluso con continuos tiras y aflojas en los que todo
el mundo sabía cómo iban a terminar. Torin es un personaje que no puedes evitar
cogerle cariño y que simpatices con él. Y luego ella es una protagonista con la
que simpatizas, te gusta su carácter, como de decidida es, como se ha hecho
fuerte por todo lo que ha tenido que pasar. Y te da para pensar que todos
tenemos a alguien especial ahí fuera en la que pondrías la mano en el fuego por
él/ella.
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